Cada
emoción que sentimos produce una sustancia química específica que se
corresponde con esa emoción, de hecho se llaman "moléculas de la emoción". Estas sustancias químicas se elaboran en el hipotálamo y están formadas de una
cadena de aminoácidos. Cada emoción lleva asociada una molécula de la emoción
de tal manera que su unión a los receptores neuronales es lo que suscita el
sentimiento de esa emoción.
La evolución humana
ha condicionado el funcionamiento entre los recuerdos, las emociones, y la
respuesta. La formula estimulo-
respuesta parece que nos atrapa, y en lugar de evaluar una experiencia nueva desde
una perspectiva nueva, si los mismos acontecimientos químicos se repiten una y
otra vez, el resultado es una historia emocional acumulativa. Esta historia a
acompañada de pautas identificables que se repiten sin que tengamos que pensar
en ellas. La buena noticia es que las emociones te ayudan a sobrevivir y también te hacen sentir la genuina experiencia de estar vivo, amar, odiar, de
vivir.
No existe la vida sin emociones, la pregunta es ¿cómo las utilizamos?¿cómo las hacemos
evolucionar?
Si hacemos una
profunda toma de conciencia podemos reestructurar el cerebro de un modo tan
significativo que después de haberlo experimentado podemos llegar a ser personas diferentes.