Cambiar para ser más conscientes de lo que nos sucede. Esto requiere salir de la “zona de comodidad” de lo que ha sido siempre. Supone ver en qué trampas nos estamos metiendo porque en realidad son hábitos que suelen intensificar el estrés y el sufrimiento. Quizás debiéramos iniciar cada jornada tomando conciencia de ¿cuál es mi emoción más frecuente en el trabajo? ¿y la que menos? Y respecto a mis colegas ¿Cuál es mi emoción más frecuente hacia mis compañeros de trabajo? ¿y la que menos?
Cambiar es convertirse en un observador consciente de cada una de las situaciones que evitas y las situaciones en que te sientes a gusto. A qué compañeros tiendes a acercarte y a cuáles no tanto.
La realidad es que no podemos controlar ni cambiar el mundo de “ahí fuera” pero si podríamos ser un poco más efectivos para el mundo de “aquí dentro” para que no resulte ser tan paralizante, estresante o pernicioso. Es otra forma de experimentar los acontecimientos de nuestra vida.
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